Racional antes que social
- Liz Montejano Fluchaire
- 9 mar 2023
- 5 Min. de lectura
Actualizado: hace 3 días
Los desafíos en la interacción social y la comunicación son características centrales del trastorno del espectro autista (TEA), en contra parte pueden exhibirse habilidades cognitivas mejoradas como el razonamiento, el juicio y la toma de decisiones. Esta disparidad puede resultar tanto intrigante como confusa, lo cierto es que esos rasgos cognitivos se desarrollan como consecuencia de diferencias cerebrales en cuanto configuración de las redes neuronales y la forma en que se procesa la información provocando que el cerebro autista compense las habilidades poco desarrolladas como las de tipo social con aquellas que tiene más fortalecidas como las lógicas y racionales. Esto último quiere decir que, ante una mayor dificultad ante la comunicación e interacción social, se activan prioritariamente los procesos cognitivos de tipo intelectual en vez de los de tipo social que no están tan desarrollados.

La compensación ayuda a las personas con autismo a producir resultados conductuales normales, [aunque] tienden a hacerlo por medios fisiológicos anormales(1), ya sea por:
Hiperactivación de redes neuronales
Los estudios de resonancia magnética funcional han evidenciado el "esfuerzo neuronal" adicional al emplear la misma red neuronal utilizada por personas neurotípicas cuando se presenta una tarea de tipo social. Por ejemplo, para resolver problemas de teoría de la mente (2) se emplea la misma red neuronal pero se observa un patrón de uso atípico y una hipercativación de la llamada red de "teoría de la mente" (corteza prefrontal medial, corteza cingulada posterior y temporal lateral).
Uso de redes alternas
La compensación neuronal también puede reflejarse en el reclutamiento de redes alternativas que reemplacen o apoyen el funcionamiento de la red disfuncional (leer más en La ruta alterna de la mente autista). Pero las vías posibles de compensación varían de individuo a individuo, contribuyendo a la enorme heterogeneidad del espectro autista. Uno de esas rutas alternas es el uso del raciocinio, que se vale del intelecto y el lenguaje, para realizar tareas de tipo social.
Se cree que "es igualmente posible que la propensión a compensar temprano en la vida pueda impulsar el coeficiente intelectual a lo largo del desarrollo" (3), de tal forma, que la deficiencia sociocognitiva orilla al cerebro a desarrollar en mayor medida la cognición intelectual y verbal, lo que probablemente justificaría una inteligencia por encima de la media en algunas personas con autismo. Este supuesto ha encontrado relación con los estudios de DeRamus y Kana, quienes observaron un incremento de la sustancia gris en algunas regiones de la corteza frontal de personas autistas; dicha sobrecompensación a nivel neuroanatómico halla su relación con el esfuerzo de las personas autistas por tratar de adaptarse a su entorno(4).

Especialmente en la adultez, esto se refleja en comportamientos hiperracionalizados (uso excesivo de la lógica y el análisis) y un coeficiente intelectual más alto, dos características presentes en diagnósticos tardíos. Esto está corroborado por el estudio de perfil cognitivo en diagnóstico tardío en personas dentro del espectro encabezado por Lehnhardt, el cual encontró que los hombres y mujeres diagnosticados en la edad adulta tenían un coeficiente intelectual verbal y no verbal excepcionalmente alto (5).
Al respecto, Livingston y Happé sugieren que una posible explicación de estos hallazgos es que los adultos que han compensado por más tiempo en su vida hasta que buscaron apoyo clínico pueden haberlo hecho con la ayuda de habilidades intelectuales mejoradas (1). Estas habilidades mejoradas son notables en los dominios del razonamiento, el juicio y la toma de decisiones, en los que las personas con TEA a menudo muestran una "racionalidad mejorada" al exhibir una toma de decisiones más racional y libre de prejuicios que las personas neurotípicas (6). Esta sería una razón probable de por qué una persona autista sea percibida como más racional antes que social.
Cabe destacar que un alto coeficiente verbal puede también ayudar a ciertas personas a poner en marcha su capacidad limitada de teoría de la mente (habilidad para inferir estados mentales propios y de otros). A pesar de ello, Livingston y Happé puntualizan que esta habilidad cognitiva ayudaría a solucionar problemas en entornos estructurados y predecibles (compensación superficial), pero podría no ser suficiente para los entornos sociales impredecibles y acelerados de la vida cotidiana (compensación profunda) (3).

El raciocinio es un recurso de gran valor para las personas autistas para enfrentar situaciones de corte social (leer más en la ruta alterna de la mente autista). Sin embargo, el empleo continuo de esta habilidad compensatoria suele perfeccionarse al paso del tiempo hasta casi no ser advertida, pese al desgaste emocional que ello implique (leer más en burnout autista). Por eso suele suceder que un individuo con la habilidad de compensar pueda no parecer lo suficientemente "deteriorado" o afectado para justificar un diagnóstico de TEA, especialmente si la compensación ha respaldado no solo una mejor presentación del comportamiento, sino también algún nivel de independencia, como el éxito educativo o laboral (1). Aún cuando existan autistas que compensen lo suficiente como para ubicarse justo por debajo del umbral de diagnóstico, se siguen experimentando dificultades sociocognitivas comparables a otras personas diagnosticadas; además, no solo corren el riesgo de un diagnóstico erróneo (8), también pueden ser más vulnerables a problemas de salud mental.

IDEAS PARA NAVEGAR |
Realizar tareas de reconocimiento emocional para ejercitar las habilidades sociales menos desarrolladas(3). |
Preguntarse si las intervenciones intentan realmente aliviar las dificultades centrales o si, o intentan promover una capa de compensación que ayude a la persona a alcanzar un resultado más neurotípico. |
Utilizar las fortalezas obtenidas a través de la compensación y raciocinio para potenciar actividades profesionales y laborales. |
Referencias
1. Belmonte y Yurgelun-Todd (2003) Functional anatomy of impaired selective attention and compensatory processing in autism. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0926641003001897?via%3Dihub
2. White S.J., Frith U., Rellecke J., Al-Noor Z., Gilbert S.J. Autistic adolescents show atypical activation of the brain’s mentalizing system even without a prior history of mentalizing problems. Neuropsychologia. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0028393213004430?via%3Dihub
3. Livingston y Hapé (2017) Conceptualising compensation in neurodevelopmental disorders: Reflections from autism spectrum disorder. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7374933/
4. León, Hernández, Nieto y Arana (2019) El Cerebro social en el autismo. UNAM.
5. Lehnhardt F.G., Falter C.M., Gawronski A., Pfeiffer K., Tepest R., Franklin J., Vogeley K. (2016) Sex-related cognitive profile in autism spectrum disorders diagnosed late in life: implications for the female autistic phenotype.
6. Rozenkrantz, D'Mello y Gabrieli (2021) Enhanced rationality in spectrum disorder. https://www.cell.com/trends/cognitive-sciences/fulltext/S1364-6613(21)00125-X?_returnURL=https%3A%2F%2Flinkinghub.elsevier.com%2Fretrieve%2Fpii%2FS136466132100125X%3Fshowall%3Dtrue
7. Anderson G.M. (2008) The potential role for emergence in autism. Autism Res. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1002/aur.2
8. Rutter M. (2011) Research review: Child psychiatric diagnosis and classification: concepts, findings, challenges and potential. J. Child Psychol. Psychiatry.
9. Johnson M.H. (2012) Executive function and developmental disorders: the flip side of the coin. Trends Cogn. Sci.
10. Herrington, Riley, Grupe y Schultz (2016) Successful Face Recognition is Associated with Increased Prefrontal Cortex Activation in Autism Spectrum Disorder. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4366341/
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