La autorregulación: el gran reto en el autismo
- 21 jul
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 11 ago
A veces basta una discusión inesperada, un cambio repentino de planes o un ambiente demasiado ruidoso para que el cuerpo y la mente entren en un estado de alerta. Cada persona reacciona de manera distinta ante lo inesperado o lo adverso de acuerdo a su capacidad para adaptarse la cual se va aprendiendo y fortaleciendo a lo largo de la vida.
Esa capacidad de reencontrar el equilibrio al ajustar pensamientos, emociones y conductas para enfrentar lo que ocurre, es lo que se conoce como autorregulación. Se trata de un proceso interno que permite organizar la atención, manejar la frustración, tomar decisiones en momentos difĆciles y actuar con propósito, incluso cuando hay incomodidad o incertidumbre. No es algo que surge automĆ”ticamente, ni se manifiesta igual en todas las personas; estĆ” influido por la experiencia, el entorno, el apoyo recibido y las habilidades que se han construido con el tiempo [A].
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¿Qué pasa si hay un déficit en la autorregulación?
La autorregulación es una capacidad clave para el desarrollo personal y social, su ausencia o limitación se asocia con dificultades sociales, emocionales y acadĆ©micas, asĆ como con problemas de salud fĆsica y mental [A]. Esto cobra especial relevancia en el contexto del Trastorno del Espectro Autista (TEA), ya que ciertas investigaciones sugieren que las habilidades de autorregulación en niƱos con autismo predicen un ajuste social posterior y el nivel de calidad de vida en la adultez [E].
Debido a las dificultades de comunicación e interacción social, la tendencia a conductas restrictivas y los problemas sensoriales presentes en el autismo, la autorregulación es el gran reto en el autismo. Esto se manifiesta en respuestas emocionales intensas y problemas conductuales importantes porque existe mayor sensibilidad a los cambios, los ambientes sobreestimulantes y los factores estresantes de las situaciones sociales. A causa de ello la percepción del entorno es mucho mĆ”s amenazante para una persona autista de lo que serĆa para una persona neurotĆpica, y eso suele deberse a [C]:
-La disfunción en la comunicación social
-El dƩficit en la flexibilidad cognitiva
-El procesamiento sensorial atĆpico
Por eso, no es de sorprender que numerosos estudios concluyan que los individuos con TEA experimentan niveles de estrés emocional significativamente mÔs altos que la población general [C].
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¿Qué pasa si no se puede manejar el estrés?
Manejar una situación adversa, enfrentar un desafĆo o adaptarse a un cambio significativo activa el sistema estresor del cuerpo. Si el nivel de estrĆ©s es leve e intermitente, dentro de las capacidades de afrontamiento[B] de la persona, se considera aceptable porque no solo se mantiene dentro de las variaciones tĆpicas de la vida, sino porque tambiĆ©n construye y amplĆa la capacidad de autorregulación. Pero si el nivel de estrĆ©s excede lo tolerable puede tener efectos tóxicos y es predecible que la autorregulación disminuya [B].
La respuesta al estrĆ©s tóxico ocurre debido a experiencias fuertes, frecuentes y/o prolongadas que supera el nivel de habilidades y la red de apoyo de la persona, y es cuando se enciende el sistema de respuesta por periodos prolongados. Esto altera el lĆmite de estrĆ©s manejable e impide regresar a un estado de calma, haciendo a la persona mĆ”s reactiva a los cambios del entorno y a los estresores habituales. Es decir, que esta situación conduce con mayor rapidez a reacciones mĆ”s intensas a un estresor, y puede producir reacciones ante un estresor de bajo nivel el cual antes no tenĆa influencia alguna en la persona.

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¿Cómo se logra la autoregulación?
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La autorregulación es un conjunto de habilidades que regulan procesos mentales y emocionales y que la persona integra para regular su conducta. Dependiendo de las circunstancias se emplean diferentes habilidades que resultan mĆ”s complejas conforme se van superando etapas de vida. Gracias al cerebro social, dichas habilidades se aprenden intuitivamente al paso del tiempo, sin embargo, para personas autistas resulta muy difĆcil de adquirir de esta manera o bien no se adquieren salvo con instrucción paciente y precisa, por lo que es bastante provechoso solicitar apoyo terapĆ©utico para tal fin.
Por otro lado, el desarrollo de la autorregulación no ocurre de forma aislada. Las personas adquieren gradualmente las habilidades de autorregulación mediante un aprendizaje natural al estar insertados dentro de entorno estructurado y saludable, con cuidadores que sirvan de modelo, y con un apoyo emocional de acuerdo a su etapa de vida. La red de apoyo (padres, maestros, terapeutas) cumplen a función de guĆa externa muchos mĆ”s presente en las primeras etapas de vida y que poco a poco dan paso al desarrollo de estrategias internas mĆ”s sólidas por cuenta propia [A], una estrategia denominada co-regulación.

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¿Cómo impacta la autorregulación en la vida de un autista?
Para una persona autista, la autorregulación puede marcar la diferencia entre sentirse constantemente sobrepasada por el entorno o poder transitar el dĆa con mayor seguridad y bienestar. Impacta en su capacidad para adaptarse a los cambios, manejar la ansiedad, expresar sus necesidades y participar activamente en la vida cotidiana ya que se reducen las dificultades que derivan de conductas desadaptativas, desarrollo de co-ocurrencias o crisis autistas. Una buena autorregulación no elimina las dificultades, pero ofrece herramientas para afrontarlas de manera mĆ”s efectiva. Cuando se fortalece con apoyo adecuado, experiencias de co-regulación y entornos comprensivos, esta habilidad contribuye a una vida mĆ”s autónoma, satisfactoria y en sintonĆa con las propias emociones y ritmos.
Se recomienda leer: Superar conductas desadaptativas
REFERENCIAS
[A] Murray et al. (2014) ā Self-Regulation and Toxic Stress Report 1
[B] Hamoudi et al. (2014) ā Self-Regulation and Toxic Stress Report 2
[C] van del Linden et al. (2022) ā Emotional stress in ASD
[D] van der Linden et al. (2021) ā A momentary assessment study
[E] Nuske et al. (2020) ā Self-Regulation and Cognitive Development in Children with Autism
[F] Dijkhuis et al. (2017) ā Self-regulation and quality of life in ASD